Daughter of the Deep: Traducción de los primeros capítulos
Hace algunos días salió esta publicación, donde se recopilaban extractos de algunas novelas que aún no habían salido de varios famosos autores. Entre ellos se encontraban extractos del primer y segundo capítulo de la nueva novela de Rick Riordan. Para saber sobre qué trata esta novela y todas sus actualizaciones, podéis revisar las publicaciones referentes a este tema en nuestro blog (parte 1, parte 2).
A continuación os dejamos con la traducción de estos extractos:
Capítulo 1
Esta es la cosa sobre los
días que cambian tu vida.
Empiezan como cualquier
otro día. No te das cuenta de que tu mundo está a punto de explotar en mil
pedazos ardiendo de horror hasta que es demasiado tarde.
El último viernes de mi
primer año, me levanté en mi habitación de los dormitorios a las 5:00 am como
siempre. Me levanté en silencio para no molestar a mis compañeros, me puse mi
bikini y fui directa al océano.
Me encantaba el campus
tan temprano. La piedra blanca de las fachadas de los edificios se volvían rosa
y turquesa por la salida del sol. Las zonas con césped se encontraban vacías
excepto por gaviotas y ardillas luchando su eterna guerra por las migajas de
aperitivos que los alumnos habíamos dejado atrás. El aire olía a sal marina,
eucaliptos y pastelitos cocinándose de la cafetería. El frío del sur de
california me ponía la piel de punta en los brazos y las piernas. En tiempos
como estos no me puedo creer lo suertuda que soy de poder ir al colegio en la
academia Harding-Pencroft.
Asumiendo que voy a poder
sobrevivir a la prueba de este fin de semana, por supuesto. Puede ser que me
pille la desgracia, o me muera atrapada en una red en el fondo de algún
obstáculo submarino... Pero hey, es aún mejor final que terminar el curso
haciendo 5 trillones de problemas multi opción de algún examen estandarizado
del estado.
Seguí el camino de piedra
que llevaba al océano.
Cien yardas pasadas el
edificio naval, las montañas caían hacia el Pacífico. Mucho más abajo, blanca
espuma coronaba el océano azul. Las olas rompían y reverberaban sobre la curva
de la bahía como si un gigante roncara.
Mi hermano, Dev, estaba
esperándome al borde de la colina.
-Llevas tarde, Ana
Banana.
Sabe que odio que me
llame así.
-Te empujaré. -Le
advertí.
-Bueno, puedes
intentarlo. -Dev sonrió, lo hace ladeadamente, como si no pudiera igualar la
presión en una oreja. Otras chicas me dicen que es adorable. No estoy segura.
Su pelo oscuro está revuelto por delante, como un erizo de mar. Él asegura que
"es su estilo". Creo que solo es que duerme con una almohada en la
cabeza.
Como siempre, lleva su
traje de baño negro de HP con el logo de tiburón plateado al frente, indicando
su casa. Dev cree que estoy loca por bucear en bikini. En muchas maneras, él es
el tío duro. Pero cuando se trata de frías temperaturas, él es más un bebé.
Hacemos nuestros
estiramientos antes de bucear. Este lugar es uno de los pocos a lo largo de la
costa californiana donde se puede bucear sin quedar atrapado bajo piezas de
rocas. Las colinas están escarpadas, conectándose directamente con las
profundidades de la bahía.
Es silencioso y pacífico
a estas horas de la mañana. A pesar de las responsabilidades de Dev como
capitán de su casa, nunca está tan ocupado para nuestro ritual matutino. Lo
quiero por ello.
-¿Qué has traído para
Sócrates hoy? -pregunto.
Dev señala con un gesto.
Dos calamares muertos yacen brillando en la hierba. Como estudiante de último
año, Dev tiene acceso a los suministros de alimentación del acuario. Esto
significa que puede llevarle a escondidas pequeñas golosinas a nuestro amigo
debajo de la bahía. Los calamares miden alrededor de un pie de largo desde la
cola hasta los tentáculos viscosos, plateados y marrones como el aluminio
oxidado. Loligo opalescens. Calamar
del mercado de California. Vida útil de seis a nueve meses.
No puedo apagar el disco
de datos. Nuestro profesor de biología marina, el Dr. Farez, nos ha entrenado
demasiado bien. Aprendes a recordar los detalles porque todo, literalmente todo, estará en sus pruebas.
Sócrates tiene otro
nombre para Loligo opalescens. Él los llama desayuno.
-Lindo -Agarré los calamares, aún fríos, del congelador y le doy uno a Dev- ¿Estás
listo?
-Oye, antes de
bucear... -Su expresión se volvió seria- Tengo algo que quiero
darte.
No sé si dice la verdad o
no, pero siempre caigo rendida por sus distracciones. Tan pronto como tiene mi
atención, se da vuelta y salta por el acantilado.
Maldigo.
-Oh, maldito...
Quien salte primero tiene
más posibilidades de encontrar a Sócrates primero.
Respiro hondo y salto
tras él.
Saltar desde los acantilados
es una emoción máxima. Caer libremente diez pisos, el viento y la adrenalina
gritan en los oídos, luego golpeas a través del agua helada.
Disfruto del impacto en
mi sistema: el frío repentino, el escozor de la salmuera en mis cortes y
raspaduras. (Si no tiene cortes y raspaduras como estudiante en HP, no ha
estado haciendo bien sus ejercicios de combate).
Me sumerjo directamente a
través de un banco de Rocote cobrizo: docenas de matones con volantes de
color naranja-blanco que parecen peces koi punk-rock. ¡Pero su dura apariencia es
solo para aparentar, ya que se dispersan con una explosión masiva! Diez metros
por debajo de mí, veo el torbellino estremecedor del rastro de burbujas de Dev.
Lo sigo hacia abajo.
Mi récord de apnea
estática es de cinco minutos. Obviamente, no puedo contener la respiración
tanto tiempo cuando me esfuerzo, pero aun así, este es mi entorno. En la
superficie, Dev tiene la ventaja de la fuerza y la velocidad. Bajo el agua,
tengo la resistencia y la agilidad. Al menos, eso es lo que me digo a mí misma.
Mi hermano flota sobre el
fondo arenoso del mar, con las piernas cruzadas como si hubiera estado
meditando allí durante horas. Mantiene el calamar a la espalda, porque Sócrates
ha llegado y está acariciando el pecho de Dev como si dijera: Vamos, sé lo que
tienes para mí.
Sócrates es un animal
precioso. Y no digo eso solo porque mi casa sea Delfín. Es un joven macho de
nariz de botella, de nueve pies de largo, con la piel de color gris azulado y
una franja oscura prominente en su aleta dorsal. Sé que en realidad no está
sonriendo. Pero su boca de pico largo tiene esa forma. Aun así, lo encuentro
increíblemente lindo.
Dev le muestra su
calamar. Sócrates lo agarra y se lo traga entero. Dev me sonríe, una burbuja se
le escapa de los labios. Su expresión dice Ja,
ja, al delfín le gusto más yo.
Ofrezco a Sócrates mi
calamar. Está muy feliz de tener un segundo. Me deja rascar su cabeza, que es
tan suave y tensa como un globo de agua, luego le froto sus aletas pectorales.
(A los delfines les encanta que frotes la aleta pectoral).
Luego hace algo que no
esperaba. Él se inclina, empujando mi mano hacia arriba con su tribuna en un
gesto que leo como ¡Vamos! o ¡Date prisa! Se gira y se aleja nadando,
la estela de su cola golpeando mi cara.
Lo observo hasta que
desaparece en la penumbra. Espero a que regrese. No lo hace.
No entiendo.
Por lo general, no come
ni corre. Le gusta pasar el rato. Los delfines son naturalmente sociales. La
mayoría de los días, nos seguirá a la superficie y saltará sobre nuestras
cabezas, o jugará al escondite, o nos acribillará con chillidos y clics que
parecen preguntas. Por eso lo llamamos Sócrates. Nunca da respuestas, solo hace
preguntas.
Pero hoy parecía agitado...
casi preocupado.
En el borde de mi visión,
las luces azules de la rejilla de seguridad se extienden a lo largo de la boca
de la bahía, un patrón de diamante brillante al que me he acostumbrado durante
los últimos dos años. Mientras miro, las luces se apagan y vuelven a
encenderse. Nunca había visto hacer eso antes.
Miro a Dev. No parece
haber notado el cambio en la cuadrícula. Señala hacia arriba. Quería competir.
Patea hacia la
superficie, dejándome en una nube de arena.
Quiero quedarme más tiempo
debajo. Tengo curiosidad por ver si las luces se apagan de nuevo o si regresa
Sócrates. Pero mis pulmones están ardiendo. De mala gana, sigo a Dev.
Después de reunirme con
él en la superficie y recuperar el aliento, le pregunto si vio que la rejilla se
apagaba.
Me mira de reojo.
-¿Estás segura de que no te estabas desmayando?
Le salpico la cara.
-Lo digo en serio. Deberíamos decírselo a alguien"
Dev se limpia el agua de
los ojos. Todavía luce escéptico.
Para ser honesta, nunca
he entendido por qué tenemos una barrera submarina electrónica de última
generación en la desembocadura de la bahía. Sé que se supone que debe mantener
la vida marina a salvo al mantener fuera todo lo demás, como los cazadores
furtivos, los buceadores recreativos y los bromistas de nuestra escuela
secundaria rival, Land Institute. Pero parece una exageración, incluso para una
escuela que produce los mejores científicos marinos y cadetes navales del
mundo. No sé exactamente cómo funciona la red. Sin embargo, sé que no debería
parpadear.
Dev entendió que estoy realmente preocupada.
-Bien -dice- Lo reportaré.
-Además, Sócrates
estaba actuando de manera extraña.
-Un delfín actuando raro.
De acuerdo, también lo reportaré.
-Podría hacerlo,
pero como siempre dices, solo
soy un hombre nuevo y humilde. Tu eres el gran y poderoso capitán de la
casa de los Tiburones, así que...
Me salpica en la espalda.
-Si has terminado de ser paranoica, realmente tengo algo para ti -Saca una cadena reluciente de la bolsa de su cinturón de buceo-. Feliz
cumpleaños anticipado, Ana.
Me entrega el collar: una
única perla negra engastada en oro. Me toma un segundo entender lo que me ha
dado. Mi pecho se aprieta.
-¿Mamá? -Apenas
puedo decir la palabra.
La perla era la pieza
central del mangalsutra de mamá, su collar de boda. También es lo único que nos
queda de ella.
Dev sonríe, aunque sus ojos adquieren esa familiar melancolía.
-Conseguí la perla recientemente.
Cumplirás quince la semana que viene. Ella querría que te lo pongas.
Es lo más dulce que ha hecho por mí. Voy a empezar a llorar.
-Pero... ¿por qué no esperar hasta
la semana que viene?
-Te vas a tus pruebas de
primer año hoy. Quería que tuvieras la perla de la suerte, por si acaso, ya
sabes, fallas de forma espectacular o algo así.
Realmente sabe arruinar el momento.
-Oh, ya cállate. -le digo.
Él ríe.
-Estoy
bromeando, por supuesto. Lo vas a hacer genial. Siempre lo haces muy bien, Ana.
Solo ten cuidado, ¿de acuerdo?
Me siento enrojecer. No sé qué hacer con toda esta calidez y afecto.
-Bueno... el collar es hermoso.
Gracias.
-Claro.
Mira
fijamente al horizonte con un destello de preocupación en sus ojos castaños
oscuros. Tal vez esté pensando en la red de seguridad, o realmente está
nervioso por mis pruebas de fin de semana. O tal vez está pensando en lo que
pasó hace dos años, cuando nuestros padres sobrevolaron ese horizonte por
última vez.
-Vamos -Esboza
otra sonrisa tranquilizadora, como ha hecho tantas veces por mí-. Llegaremos tarde para el desayuno.
Siempre hambriento, mi
hermano, y siempre en movimiento: el perfecto capitán de Tiburón.
Nada hacia la orilla.
Miro la perla negra de mi
madre, el talismán que se suponía le traería larga vida y protección contra el
mal. Desafortunadamente para ella y mi padre, no fue así. Examino el horizonte,
preguntándome adónde fue Sócrates y qué estaba tratando de decirme.
Nado detrás de mi
hermano, porque de repente no quiero estar sola en el agua.
Capítulo 2
En la cafetería, devoré
un plato de tofu-nori revuelto, delicioso, como siempre. Luego me apresuré a ir
a los dormitorios para agarrar mi bolso.
Los estudiantes de primer
año vivimos en el segundo piso de Shackleton Hall, por encima de los
estudiantes de octavo grado. Nuestras habitaciones no son tan espaciosas como el
alojamiento para estudiantes de segundo y tercer año en Cousteau Hall. Y definitivamente no son tan agradables
como las suites para los superiores en Zheng He, pero son años luz mejores que
los estrechos barracones que compartimos como estudiantes de octavo grado
durante nuestro "año
de choque" en HP.
Supongo que debería sacar
esto del camino. Harding-Pencroft es una escuela secundaria de cinco años. Fueron
divididos en cuatro casas, en base a los resultados de nuestras pruebas de
aptitud. Llamamos a la academia HP para abreviar. Y sí, hemos escuchado todos
los chistes relacionados con Harry Potter. Gracias igualmente.
Cuando llego a mi
habitación, mis compañeras de cuarto se estaban volviendo locos.
Nelinha está metiendo
herramientas, ropa extra y cosméticos en su mochila. Ester está clasificando
fichas frenéticamente. Tiene como doce pilas, todas codificadas por colores,
etiquetadas y resaltadas. Top ladra y salta de arriba hacia abajo como un palo
para saltar peludo.
Es la situación habitual,
pero no puedo evitar sonreír. Amo a mi tripulación. Afortunadamente, las
habitaciones no están asignadas por casa, o nunca sentiría que podría estar
fuera de servicio y relajarme con mis mejores amigas.
-Cariño, no empaques
demasiado. -le dice Nelinha a Ester, metiendo más llaves de tubo y rímel en su
propia bolsa (Nelinha llama a todo el mundo "cariño". Es lo suyo).
-Necesito mis fichas -dice Ester-. Y las golosinas para Top.
¡GUAU! Top ladra de acuerdo, haciendo todo lo posible por tocar el techo con la
nariz.
Nelinha se encoge de
hombros. ¿Qué podría hacer?
Ella luce una especie de
look Rosie the Riveter (la chica del cartel We
Can Do It!). Su exuberante cabello castaño está recogido en un pañuelo
verde. Los extremos de su camisa de trabajo de mezclilla de manga corta están
anudados sobre su abdomen oscuro. Sus pantalones caqui hasta la pantorrilla
están manchados permanentemente con grasa de máquina, pero su maquillaje, como
de costumbre, es perfecto. Lo juro, Nelinha podría estar gateando por el
sistema de bombeo del acuario o arreglando el motor de un barco y aún se las
arreglaría para verse a la moda.
Sus ojos se agrandan cuando ve la perla negra en mi cuello.
-¡Bonita! ¿De dónde vino eso?
-Regalo de
cumpleaños anticipado de Dev -digo-. Eso, eh... pertenecía a nuestra
mamá.
Sus labios forman una O.
Mis compañeras de cuarto han escuchado todas las historias trágicas sobre mi
familia. Entre Nelinha, Ester y yo, nuestro dormitorio es uno de los mayores
productores de historias trágicas del mundo.
-¿Bueno? -Dice-. Tengo la falda y la blusa perfectas para combinar con eso.
Nelinha es genial para
compartir ropa y maquillaje. Somos más o menos del mismo tamaño y tenemos el
mismo tono de piel: ella es Brasilera parda; mi ascendencia es India Bundeli,
por lo que normalmente me puede arreglar muy bien para un baile escolar o un
sábado libre en la ciudad. Pero hoy no es ese tipo de día.
-Nelinha, vamos a
vivir en un barco durante el fin de semana. -le recuerdo.
-Lo sé, lo sé. -dice la chica que se ha arreglado solo para el viaje en autobús hasta el barco- Quizás para cuando volvamos. ¡Para la fiesta de fin de año!
Ester mete una última
bolsa de galletas para perros en su bolso.
-Vale. -anuncia.
Se da
vuelta en círculo, examinando la habitación para ver si ha olvidado algo. Lleva
su camiseta azul ORCA de la casa y pantalones cortos con estampado de flores
sobre un traje de baño de una pieza. Su rostro está sonrojado. Su cabello rubio
rizado ha sido soplado en tres direcciones diferentes. He visto fotos de ella
cuando era un bebé: mejillas regordetas pellizcadas, ojos azules muy abiertos, una
expresión de sorpresa, como "¿Qué estoy
haciendo en este universo?" Realmente no ha cambiado mucho.
-¡ESTOY LISTA! -ella decide.
-El volumen, cariño. -dice Nelinha.
-Lo siento -dice Ester- ¡Vamos! ¡Perderemos el autobús!
Ester odia llegar tarde.
Es una de las ansiedades que se supone que Top debe ayudarla a manejar. Nunca
he entendido cómo Top podía hacer que alguien se sintiera menos ansioso, pero
es el animal de apoyo emocional más lindo que jamás hayas conocido. Parte Jack
Russell, parte Yorkie, parte tornado.
Olfatea mi mano mientras
sigue a Ester. Quizás no limpié todo el jugo de calamar de debajo de mis uñas.
Agarro el bolsa que
empaqué anoche. No voy a tomar mucho: solo cambio de ropas.
Traje de neopreno.
Cuchillo de buceo. Reloj de buceo. Ninguno de nosotros sabe cómo serán las
pruebas de fin de semana.
En su mayoría serán bajo
el agua (duh), pero los estudiantes de último año no nos dirán nada específico.
Incluso Dev. Se toman muy en serio sus votos de secreto. Es molesto.
Me apresuro a alcanzar a
mis amigas.
Para llegar al quad, debemos bajar las
escaleras y pasar por el ala de octavo grado. Durante mucho tiempo pensé que se
trataba de un molesto defecto de diseño de interiores. Entonces me di cuenta de
que los dormitorios debían haber sido arreglados así a propósito. Significa que
los más chicos tienen que apartarse de nuestro camino varias veces al día,
mirándonos a los de primer año con expresiones de miedo y asombro. Por nuestra
parte, cada vez que pasamos, podemos meditar. Somos humildes, pero al menos no
somos estos pobres idiotas. Todos parecen tan pequeños, jóvenes y asustados. Me
pregunto si nos veíamos así el año pasado. Tal vez todavía nos veamos así para
los estudiantes de último año. Me imagino a Dev riendo de esto.
Afuera, el hermoso día se
está calentando. Mientras nos apresuramos a cruzar el campus, pienso en todas
las clases que me perderé debido a nuestro viaje. En el gimnasio: seis
rocódromos; dos recorridos de cuerdas; salas de yoga frías y calientes; canchas
de baloncesto, ráquetbol, voleibol y bungee ball (mi favorito).
Pero los viernes son de
artes marciales. Pasaría la mañana siendo arrojada contra una pared durante los
partidos de malaa yuddha. No puedo decir que lo extrañe.
En el acuario, la
instalación de investigación privada más grande del mundo, me han dicho que con
la mejor variedad de vida marina que la bahía de Monterey, Chimelong o Atlanta.
Operamos unidades de rescate y rehabilitación de tortugas laúd, nutrias y
leones marinos (todos son mis preciosos bebés), pero hoy sería mi día para
fregar los tanques de anguilas, así que ¡CHAU!
En el natatorio: tres
piscinas, incluido el Agujero Oscuro, suficientemente grande y profunda como para
ejecutar simulaciones submarinas. La única piscina más grande del mundo está en
la NASA. Por mucho que me gusten mis clases de buceo bajo techo, prefiero el
mar abierto.
Finalmente pasamos a la
Sala Verne, el ala de investigación de nivel dorado. Lo que pasa
ahí, no tengo ni idea. No se nos permitirá la entrada hasta que seamos juniors.
La fachada de metal dorado de la Sala Verne se destaca entre los edificios
blancos del campus como un diente coronado de oro. Sus puertas de vidrio oscuro
siempre parecen burlarse de mí. Si fueras
lo suficientemente guay, como tu hermano, podrías entrar. HA-HA-HA-HA.
Uno pensaría que de
cuarenta estudiantes de último año, alguien estaría dispuesto a dejar caer un
chisme jugoso sobre las clases de nivel oro, pero no. Como dije, su compromiso
con el secreto es absoluto y molesto. Honestamente, no sé si seré capaz de
mantener los labios tan cerrados si llego a ser un estudiante de último año,
pero eso es un problema para otro año.
En el patio principal, los
alumnos superiores están holgazaneando en el césped. Ya terminaron la cursada, faltan
los finales y la graduación, los afortunados vagabundos. Luego se van a las
mejores universidades y carreras prometedoras. No veo a Dev, pero su novia,
Amelia Leahy, la capitana de mi casa, me saluda desde el otro lado del césped.
Ella gesticula: Buena suerte.
Le correspondo
gesticulando: Gracias.
Me digo a mí misma: La necesitaré.
No debería estar
demasiado preocupada. Nuestra clase ya se ha reducido a veinte personas, el
número máximo permitido para avanzar. Perdimos diez estudiantes durante nuestro año de choque. Otros cuatro en lo que va de año. En teoría, el resto de nosotros podríamos
sobrevivir al corte. Además, mi familia ha asistido a HP durante generaciones.
Y soy la prefecta de primer año de la Casa Delfín. Tendría que fastidiarla
mucho para que me echen...
Ester, Nelinha y yo somos
casi las primeras en llegar al autobús. Pero, por supuesto, Gemini Twain ha
llegado antes que nosotras. Él está de pie en la puerta con su portapapeles,
listo para tomar nombres y patear lo que sea que necesite patear.
El prefecto la Casa Tiburón
es alto, moreno y larguirucho. A sus espaldas, todos lo llaman Spider-Man,
porque se parece a Miles Morales de Into
the Spider-Verse. Sin embargo, no es tan genial. Llegamos a una tregua el
año pasado, pero todavía no me agrada.
-Nelinha da
Silva. -Él marca su nombre pero no la mira a los ojos-. Ester Harding.
Prefecta Ana Dakkar. Bienvenido a bordo.
Dice esto como si nuestro
autobús fuera un acorazado.
Le doy una pequeña reverencia.
-Gracias, prefecto.
Su ojo tiembla. Al
parecer, todo lo que hago le molesta. Está bien por mí. Durante nuestro año de choque hizo llorar a
Nelinha. Nunca le perdonaré por eso.
Bernie es nuestro
conductor hoy. Es un buen tipo, jubilado de la marina. Tiene una sonrisa
manchada de café, cabello plateado y manos nudosas como raíces de árboles.
El Dr. Hewett se sienta a
su lado, repasando el horario del día. Como de costumbre, el señor Hewett está
pálido, sudoroso y desaliñado. Huele a naftalina. Él enseña mi clase menos
favorita, Teoría de Ciencias Marinas o TCM. La mayoría de nosotros preferimos "Tus cornudos muertos".
A veces usamos una palabra diferente que comienza con M.
El señor Hewett es muy
estricto, por lo que esto no es nada bueno para las pruebas. Mis amigas y yo
nos sentamos en la parte trasera del autobús, lo más lejos posible de él.
Tan pronto como los veinte
estudiantes de primer año están a bordo, el autobús se pone en marcha.
En la puerta principal,
los tipos militares fuertemente armados saludan y sonríen mientras nos vamos, tipo "¡Que tengan un buen día, chicos! ¡No
mueran!". Supongo que la mayoría de las escuelas secundarias no tienen este
nivel de seguridad o una flota de pequeños drones de vigilancia que rodean
constantemente el campus. Sin embargo, es extraño lo rápido que te acostumbras.
Cuando giramos hacia la
autopista 1, miro hacia atrás al campus: una deslumbrante colección de
edificios como cubos de azúcar encaramados en la cima del acantilado sobre la
bahía.
Un sentimiento familiar
me invade: no puedo creer que vaya a esta escuela. Entonces recuerdo que no
tengo más remedio que ir a esta escuela. Después de lo que les pasó a nuestros
padres, es el único hogar que Dev y yo tenemos en el mundo.
Me pregunto por qué no vi
a Dev en el desayuno. ¿Qué había dicho seguridad cuando informó de ese destello
de luz de la rejilla de seguridad? Probablemente no fue nada, como pensaba.
Aun así, sostengo la
perla negra en la base de mi garganta.
Recuerdo las últimas
palabras que me dijo mi madre: Volveremos
antes de que te des cuenta. Luego ella y mi padre desaparecieron para
siempre.
Capítulo 3
[Podéis encontrar este capítulo en inglés en exclusiva en Nerdist]
-Primer año. -El doctor Hewett dice la palabra como un insulto.
Está de pie en lateral, agarrándose con una mano a la baranda. Respira con fuerza sobre el micrófono del autobus.
-La prueba de este fin de semana será mucho más diferente de lo que tal vez estéis espernado.
Eso capta nuestra atención. Todo el mundo fija sus ojos en Hewett.
El profesor tiene la forma de campana de buceo, con hombros estrechos que se amplían hacia una mayor cadera, donde su camisa de vestir arrugada está a medio meter en sus pantalones. Su cabello gris y sus aguados y tristes ojos le hacen lucir como Albert Einstein después de una noche haciendo malos cálculos.
Junto a mí, Ester pasa su dedo índice por las cartas. Top descansa su cabeza sobre su regazo. Su cola choca suavemente contra mi muslo.
-En treinta minutos -Continua Hewett- llegaremos a San Alejandro.
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